Uñas con grietas
Es muy común que nos encontremos con clientes que tengan las uñas “estriadas, agrietadas o con crestas”, pero en realidad, no son grietas, sino que son surcos. Pero esto no ocurre de la noche a la mañana, sino que más bien, la matriz desarrolla surcos superficiales, ya sea por la edad, por daño en la propia matriz o genética.
Como ya bien sabemos, a nuestras clientas no les gustan las uñas con grietas y, ante estos casos, lo que normalmente se hace es limar la superficie de la uña con tal de dejarla suave y que el esmalte quede bonito, ¡pero eso está mal!
Porque de esa manera, estamos afinando las uñas y, por lo tanto, debilitándolas y causando que se separe en escamas. Tengamos en cuenta que los esmaltes y los productos como gel o acrílico no se adherirán adecuadamente si las uñas son demasiado finas o débiles.
En estos casos, lo mejor es dejar la uña natural tal como está y la podemos cubrir con una base mate o rellenadora de surcos, estas suelen ser un poco más gruesas que las bases normales y de esta manera se podrán disimular y crear la apariencia lisa.